M. comenzó terapia porque tenía ataques de ira con su pareja y le costaba mucho gestionarla, estaban en una crisis desde hacía meses y se encontraba atascada, no sabía cómo avanzar en su mejora.

"Respira con la atención en tu cuerpo y observa lo que estás sintiendo", le dije a M. en nuestra segunda sesión por Zoom.

"¿Qué sientes? "

M: “Me siento incómoda, no me gusta concentrarme en mi cuerpo"

“¿En dónde te concentras la mayor parte del tiempo?"

M: "En mi mente. En el trabajo, pienso todo el día y luego, el resto del tiempo, sueño despierta o pienso en otras cosas".

"Así que haces todo lo posible para permanecer en tu cabeza y fuera de tu cuerpo, ¿verdad?".

M: "Así es, llevo así toda la vida, además es incómodo cuando me concentro en mi cuerpo".

“Percibo entonces que siempre ignoras a tu hija pequeña, y cuando finalmente le das un poco de atención, te das cuenta de que está molesta contigo por ignorarla todo el tiempo, así que luego la rechazas aún más porque no quieres aceptar que ella está molesta contigo por ignorarla tanto".

M: “Nunca le haría eso a mi hija"

"Pero eso es exactamente lo que le estás haciendo a tu propia Niña Interior, ignoras tus sentimientos. Tus emociones desagradables son tu Niño Interior haciéndote saber que le estás abandonando; después no quieres atender a tus sentimientos porque no quieres enfrentar el hecho de que te estás sintiendo sola y vacía por dentro como resultado de tu autoabandono.“

“Al igual que tu hija real necesita tu amor y tu atención, tu Niña Interior, es decir, tu Yo sensible, también lo necesita. Mientras elijas permanecer en tu cabeza en lugar de en tu cuerpo, seguirás sintiéndose mal".

“M., concéntrate en tu corazón y respira con la atención en él. Ábrete a aprender acerca de qué es amoroso para tí e invita a la presencia del amor y de la compasión a tu corazón. Imagina los sentimientos de amor que tienes por tu hija y tráelos a la niña rabiosa, triste y sola dentro de tí. Pregúntale qué siente al saber que eres su padre interior".

Cuando comenzamos una psicoterapia observamos que una poderosa forma de eludir los sentimientos difíciles es ignorar las sensaciones corporales. En mi experiencia, la mayoría encontramos muchas maneras de no estar presentes en el cuerpo. De niños es posible que hubiéramos aprendido a evitar los sentimientos porque no sabíamos cómo lidiar con el dolor. Pero hoy en la vida adulta, evitar los sentimientos es, de hecho, la causa de la mayor parte de nuestro dolor. Permanecer enfocado en la mente, en lugar de estarlo en el corazón y el instinto, es una forma adictiva de abandonarse. Vivimos identificados con los pensamientos y olvidamos estar presentes. Es esta falta de presencia amorosa lo que crea los sentimientos desagradables en el cuerpo- ansiedad, vacío, soledad, desasosiego-.

M. está aprendiendo que cuanto más practica el método de la Conexión Interior (Inner Bonding®) estando abierta a estar presente con sus sentimientos, mejor se siente en su cuerpo y más capaz es de ser amorosa también con su pareja. Imagina, como M., si cada vez que sintieras impotencia, hubiera un niño interno que precisara ser atendido, escuchado y reconocido. Como lo haría un padre amoroso. Le acompañarías de manera receptiva a través de su sentimiento, dialogarías con él y seguramente integrarías algún aprendizaje o una nueva acción conjunta y respetuosa relacionada con su sentimiento.