Desde mi experiencia en consulta, la persona que acude a terapia anhela cambiar algo relacionado con su vida actual y que le hace sufrir, normalmente, en forma de síntoma- ansiedad, estrés, depresión, adicciones- relación o circunstancia. Mi trabajo es acoger al paciente y acompañarle en su proceso de sanación y evolución con la intención de que, gradualmente, se desarrolle como un adulto amoroso hacia sí mismo y los demás en relación a sus problemas y/o conflictos específicos. En mi recorrido, como cliente de otros terapeutas, considero que, además de las herramientas de las que se sirve cada terapeuta, para que una relación terapéutica prospere, es fundamental que existan estas condiciones:

- que exista una coherencia por parte del terapeuta con su propio proceso de crecimiento y evolución y en relación a las herramientas que facilita a sus clientes.

- que exista una clara conexión entre terapeuta y paciente.

- que el terapeuta genere la confianza y transmita la empatía precisa para comenzar una relación terapéutica.

- que el paciente tenga una disposición a mostrarse vulnerable.

- que el paciente tenga la intención de responsabilizarse de su propia vida.

Cualquier persona tiene la capacidad de tomar conciencia y dirigir sus circunstancias, por muy incómodas o dolorosas que sean, hacia una mayor serenidad y comprensión que le permita vivir con libertad.

¿Eres suficientemente responsable para ser libre?